MERCED MUÑOZ RIVAS

Poner en marcha un negocio propio siempre ha sido un trabajo duro donde las generaciones han jugado un papel fundamental. Desde siempre, estos comercios han tenido una leve rivalidad permitiéndoles que todos jugaran en el mismo tablero. Sin embargo, desde la entrada en vigor de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) en la que los negocios con más de 20 años de antigüedad podían perder su contrato de alquiler, y debido también a la rápida proliferación de franquicias, los pequeños comercios han tenido que luchar más que nunca para permanecer en el mercado. Ahora sus competidores están más cualificados y cuentan con una clientela cada vez más amplia.

Estos nuevos competidores han ido ganando terreno y desbancando a esos negocios independientes que llevaban toda su vida ejerciendo. La consultora Eixos, especializada en el diagnóstico de actividades económicas, ha sido pionera este año en realizar un estudio de los ejes comerciales significativos de Barcelona. La investigación señaló que en todos los ejes comerciales de la ciudad había una notable coexistencia entre las franquicias y los negocios propios. Pero sobre todo, la presencia de las grandes cadenas se concentraba en la zona centro: Gràcia (80,1%) Portaferrissa (78%) y Rambla de Catalunya (73%). ¿Se podría decir que en un futuro Barcelona perderá  esos negocios que la dotan de personalidad?

La joyería Roé cumple 90 años vendiendo sus productos en el carrer de Sants.

La joyería Roé cumple 90 años vendiendo sus productos en el carrer de Sants.

Según los estudios de Eixos, la ciudad seguirá manteniendo su esencia. Moisès Jordi, analista de la consulta, explica que “cuando se pone la mirada en otros ejes comerciales como el Carrer de Sants, el índice de las grandes cadenas es inferior al 50%”. Sin embargo, si paseas por este eje comercial, las franquicias son las que más te llaman la atención en los 4 kilómetros de calle. Pero esto no ha sido un problema para aquellos negocios que han pasado de generación en generación durante años. Anna María Roé, dueña junto con su marido y ahora con sus hijos de la joyería Roé, considera que la calidad y el trato con los clientes es la garantía de su permanencia en el Carrer de Sants desde 1925.

Además, para que un negocio siga presente en el mercado y pueda competir con las grandes cadenas, es necesario que se apueste por la innovación. Pero, ¿qué entendemos por innovar? Podría definirse como la mejora en el proceso productivo a través de la introducción de nuevas medidas en el ámbito tecnológico, en el marketing y en la formación profesional. La pastelería más antigua del Carrer de Sants, Casa Vives, que lleva funcionando desde 1895, se ha adaptado muy bien a las nuevas tecnologías y dispone de una página web para dar a conocer sus productos. Pronto se unirán a Facebook y otras redes sociales. Así lo ha señalado Juan Vives, uno de los dueños de la pastelería. Vives puntualiza, sin embargo, que los valores de siempre, como “la calidad y la clientela fiel, es lo que nos hace estar vivos año tras año”.