MEL LOPEZ
Con su carismático No.1, Albert Rivera, Ciudadanos (C’s) se ha establecido como una fuerza política ante la inminencia de las elecciones generales. En las últimas tres décadas, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha tenido el liderazgo de la política izquierda, mientras que el Partido Popular (PP) se ha anclado en la derecha. Mirando hacia adelante, está claro que el sistema del bipartidismo es cosa del pasado. Tanto el PP como el PSOE han caído en la aceptación popular, debido a controversias políticas, gobiernos inestables, y casos de corrupción. Esto ha dejado espacio a otros partidos como Ciudadanos – debajo el liderazgo de Rivera – y Podemos, que han obtenido consenso con la promesa de cambio y corrección política.
Las próximas elecciones generales marcarán un momento histórico en España: el fin del bipartidismo que ha gobernado la política española de las ultimas tres décadas. Ante la inminencia de las votaciones, los votantes ciudadanía está dividido entre el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos, todos con al menos un 15% de apoyo, según las encuestas.
A pesar de que el PP ha disfrutado de una mayoría en las Cortes Generales durante los últimos años, el mandato presidencial de Mariano Rajoy ha sido criticado por su gestión de la crisis económica y el desempleo en España. Además de estas críticas por su acción política, el PP se ha visto involucrado en escándalos de corrupción, donde destaca la detención de cincuenta y uno políticos, ediles, funcionarios y empresarios en octubre del 2014. Acusados de estar implicados en una operación en que los servicios públicos valorados en doscientos cincuenta millones de euros fueron cambiados por pagos y comisiones ilegales, muchos miembros del PP han sido denunciados, entre ellos Francisco Granados, el antiguo número dos y secretario general del PP de Madrid entre 2004 y 2011.
En otro caso de corrupción, Luis Bárcenas, gerente y tesorero del PP entre 1990 y 2009, fue acusado de mantener financiación ilegal. Según los papeles del ex-tesorero, el PP recibió más de ocho millones de euros en concepto de donaciones ilegales que sirvió para abonar sobresueldos de la cúpula del PP, Rajoy entre ellos.
El descontento popular generado por la combinación de recortes y corrupción ha favorecido la creación de otros partidos, entre los que destacan Podemos a la izquierda y Ciudadanos en el centro. Bajo el liderazgo del carismático Albert Rivera, Ciudadanos ha surgido como una fuerza política a nivel nacional. Las últimas encuestas muestran a Rivera como el político con la segunda mejor valoración en España.
Según Rivera, “Ciudadanos es el sueño que mucha gente está construyendo por toda España. Un proyecto para transformar este país, no para romperlo”. Esta idea conforma el núcleo de su partido y es lo que atrae el apoyo de tantos votantes: la esperanza de que a raíz de la crisis económica y el escándalo de la corrupción política pueda haber un cambio.
Ciudadanos se formó con estos mismos ideales en Catalunya en julio del 2006 a partir de una plataforma cívica: Ciutadans de Catalunya, compuesto por quince intelectuales, profesores universitarios y otros profesionales de varias áreas. Juntos armaron y presentaron un manifiesto que marcaba la creación de un nuevo partido político en Catalunya que se dirigiera a los problemas de la gente de a pie, que fuera contra el movimiento independentista y el nacionalismo catalán.
Difundido en la red, el manifiesto obtuvo un apoyo fuerte e inmediato. En los días 8 y 9 de julio de 2006, el proceso culminó con un congreso fundacional donde se definieron las estructuras internas, la ideología política, y anunciaron el nacimiento del partido oficial. Rivera – entonces un abogado de veintiséis años – fue elegido como presidente y el partido fue renombrado en castellano para reflejar su afán estatal.
Durante su primera campaña en las elecciones autonómicas de 2006, Rivera apareció desnudo en carteles oficiales para enfatizar la idea que había nacido un partido. Aunque entonces ganaron tres escaños en el Parlamento de Catalunya, desde esa instancia, han ido ganando más y más reconocimiento por sus ideas centristas.
En el 2012, consiguieron doce representantes parlamentarios y en septiembre de este año, ganaron veinticinco escaños convirtiéndose en la segunda fuerza en Catalunya, detrás de Junts pel sí.
Con el apoyo creciente dentro de la comunidad autónoma, Ciudadanos dirigió su vista a la política nacional. Para ello, ha tenido que redefinir su plataforma más allá. Se ha centrado en modernizar la economía, erradicar la corrupción y regenerar la democracia de España.
A pesar de sus esfuerzos contra la corrupción, Ciudadanos no son inmunes a los escándalos. Al principio de diciembre, el alcalde de Espartinas, José María Fernández, dimitió tras ser involucrado en un delito de prevaricación en contratos del programa de ayudas al empleo de personas en situación de exclusión social de la Junta. Ciudadanos ha insistido que es debido “a un asunto administrativo” y no por “un caso de corrupción.”
Más reciente, el número tres de la lista por Madrid, Marta Rivera de la Cruz, hizo unas declaraciones que aseguraron que el programa de Ciudadanos prevé retirar la agravante de género para los casos de violencia doméstica. Rivera ha tenido que aclarar su posición, explicando que tiene planes de “endurecer la ley actual y elevar el agravante que ya existe en la violencia de género a todos los familiares que puedan ser víctimas de violencia doméstica” y remitir al texto del programa electoral.
Aun con estos desafíos, Ciudadanos se mantiene fuerte ante la inminencia de las elecciones. Rivera está seguro de que el cambio vendrá. “Hoy en día, Ciudadanos es parte de la ola de cambio que viene en 2015. Los que defendemos la igualdad, la libertad, la unión, la solidaridad… Nos tenemos que unir para cambiar este país.”