Por Carla Fajardo
Agita una pierna contra el suelo con inquietud sentado frente a la tarima donde el secretario del PSC, Pere Navarro, está dando su discurso. Al fin, se levanta enérgico, y camina hasta el escenario haciendo patente su esbelta y delgada figura. Sus maneras son humildes pero rozan la agresividad. La potencia de su tono de voz y sus gestos parecen reflejar a un joven de palabras atropelladas con ganas de cambiar el futuro de España y de Europa, pero sobre todo, con ganas de cambiar el presente del Partido Socialista Catalán.
Nació en Madrid pero vive en Barcelona desde los 3 años. Siguiendo su posición de federalista convencido, conserva un cierto cariño por su ciudad natal y una afición futbolera por el equipo colchonero. Se considera barcelonés y le parece que odio es una palabra exagerada para designar la relación entre Catalunya y España. Así, coge el mismo camino indefinido que Pere Navarro que algunos acusan de no ser “ni chicha ni limonada” y se aleja de los votantes que quieren la independencia de Catalunya. Lleva en la sangre el europeismo, pues nació 5 días antes de que España entrara en la Unión Europea y es licenciado en derecho con un máster en Liderazgo para la gestión pública y social. Entró en las juventudes del PSC en 2003 movido por la indignación contra el gobierno de Aznar y la entrada en la guerra de Irak y llega a las elecciones europeas del 2014 con ese mismo motivo, derrotar al PP. Con esta intención, pide el voto útil más en contra del Partido popular que a favor de los socialistas con el lema: “Aturem Rajoy” (“Frenemos a Rajoy”).
No es un candidato para todos los gustos. Hay quien opina, como Josep de Barberà, militante del PSC, que representa una renovación total del PSC debido a su corta edad, a su pasado de implicación con el partido y a su compromiso con los jóvenes del país por crear empleo que es su principal objetivo y el primer punto de su discurso. En cambio, es común encontrar ciudadanos como Carmen Torrens, quien apunta: “Javi López carece de carisma y forma parte del intento desesperado del PSC por lavarse la cara y recuperar votos, pero no lo van a conseguir”.
Habrá que esperar al domingo para ver si López entre en la Eurocambra aunque las encuestas del CIS ya adelantan una supuesta victoria del Partido Popular por pocos votos de ventaja. Lo que está claro es que si el PP tropieza y el PSC se encuentra la puerta a Europa abierta, tendrán que volver a ganarse la confianza de la ciudadania, que lejos de creerse las propuestas de los socialistas y protagonizando un 60% de abstención, piensa que “el cambio” habrá que verlo.