Lenacay: una rumba multicolor

Lenacay: una rumba multicolor

PEDRO GERARDO VELARDE SACIO

Lenacay es una propuesta renovada, creada en 2012 por iniciativa de Ramón Giménez Santiago “El Brujo” y DJ Panko “El Mago” -dos miembros de la banda fusión “Ojos de Brujo”, ganadora de un Grammy Latino el 2007- que persigue ideales parecidos a los de su antecesora: la mezcla de la rumba con diversos estilos y el aprendizaje musical continuo. Aunque esta vez, añaden sonoridades nuevas a su propuesta.

Giménez inventó la palabra Lenacay mezclando dos vocablos del caló, la lengua gitana hablada en el territorio español. Len representa “el curso de la vida, una trayectoria” y Acay significa “mirada”. Por tanto, Lenacay podría significar algo así como dar una mirada al curso de la vida, “lo que se realiza mediante un continuo aprendizaje”, según explica Giménez en un videoentrevista-concierto que ofreció a El Periódico el año 2012.

La banda fusiona la rumba flamenca y catalana con el soul, el rythm n’ blues, el jazz, el rock, el hip hop, el heavy metal, la electrónica, entre otros estilos. Abarcando tantos géneros, puede resultar un ejercicio complicado y sumamente interesante conceptualizar su propuesta. De hecho, el propio Giménez los define  como: “un tablao’ con espíritu de rock … ó al revés”. Tienen dos discos, “Ryma” (2012) y “Yerel” (2014), el que están promocionando.

La banda está liderada por r Ramón Giménez “El Brujo” que es líder, productor y fundador, además toca la guitarra flamenca y guitarra MIDI. Se encarga también de la programación, los jaleos y el breakdance.

Otros miembros del grupo son “El Tito JuanPe” a los bajos, teclados y scratch, Ramón Mejías “El Guerrero” a la batería, Paula Domínguez “La Camaleón” en voz, palmas y jaleos, Carolina Morgado “La Joya” en baile y cante, Francisco Guisado-“El Rubio” a la guitarra eléctrica y “El Ilusionista” al bajo.

Si bien hay músicos que vienen de Málaga (La Camaleón) y Almería (El Hechicero); la ciudad condal es sin duda una influencia innegable en su música. Desde la época de Ojos de Brujo, Giménez (gitano oriundo de la Trinitat Vella) ha reivindicado la lengua caló. Los discos de Ojos se titularon “Vengue”, “Barí”, “Techarí” (todas palabras del caló); en tanto que el primer disco de Lenacay se llama “Ryma” (a la que agregó la “y”, pues la palabra no existe como tal).

“Barcelona influye en mi forma de tocar”, dice el almeriense Guisado. “Al ser un puerto, pasan muchos músicos. Pasa mucha gente, más que en Madrid. Entras en un bar y ves gente de Senegal, de la India. He tocado con músicos de todo el mundo sin salir de aquí. Vivir aquí me ha dado la posibilidad de abrirme al mundo. Todas esas influencias me han enseñado otra forma de ver la música”.

“Como puerto comercial, Barcelona tiene un color. Pasan muchas cosas, confluyen y conviven muchas culturas. Ojos de Brujos eclosiona después de Mano Negra y Color Humano, cuando en Barcelona ya se podía ofrecer una propuesta de fusión, pues había un público abierto a lo mestizo”, señala Giménez.

Y añade: “Los gitanos siempre hemos estado marginados. Hace sólo quince años el flamenco no era bien visto. Después de la transición y de la movida madrileña todo eran tribus. Era una marcianada lo que proponíamos (se refiere a la mezcla de la rumba con otros géneros). Sin embargo, a finales de los noventa hubo la posibilidad de fusionar. Había que actualizarnos. Creo que con Manu Chao (que mira un poco más a lo sudamericano) y con la vertiente creada por Ojos Brujos se ha creado un precedente importante en la escena musical barcelonesa”.

LENACAY EN DIRECTO: VOZ CAMALEÓNICA. GUITARRAS QUE HECHIZAN Y EMBRUJAN

La noche del sábado 13 de diciembre, Lenacay se ha presentado en su versión acústica, solo con Domínguez, Giménez y Guisado. “Es un expresión que ataca una sensibilidad diferente, una atmósfera distinta. Te desnuda, no hay tantos adornos, nos sentimos más crudos. Además, nos permite recibir mejor la retroalimentación del público. Me siento muy cómodo haciendo esto con Paula. Con otra vocalista creo que no lo haría”, sostiene Giménez.

El lugar elegido es Naya Gastro Music, un restaurante lounge musical ubicado en el barrio de Sant Antoni. Largas filas de mesas correctamente iluminadas apuntando al escenario, espejos en un lado, cuadros en otro y un piano de cola negro en la tarima dan al local su propio estilo minimalista, que no pierde la sobriedad ni la calidez. Como el sonido que Lenacay le ha entregado a su público en esta noche de invierno barcelonés.

Si bien se trata de un show de sólo voz y guitarra, la amalgama de estilos del trío ha sido amplia y generosa. La Camaleón, El Hechicero y El Brujo han tomado como base la rumba flamenca y catalana y la han mezclado poderosamente con el soul, el rythm n’ blues y el rock, entre otros géneros. Alguno de los temas elegidos para la velada han sido “Demagogia”, una cruda crítica social en clave rumba; “If I let you”, un soul con toques flamencos, cantado en inglés; “Cielo Azul”, una rumba con guiños al rock y con fraseos de hip hop; “Rumba Lenacay“, una alegre rumba, con reminiscencias a la música brasileña. Cierran con la simpática “Walking on the ramblas“, un blues-rumba en la que La Camaleón luce sus registros agudos con autoridad.

A Gemma, quien sólo vino a cenar unos huevos estrellados y hot dog tailandés, le gustó mucho la voz de Camaleón “y sus rasgos flamencos fusionados con jazz. El flamenco tradicional me cansa un poco. Lo simpático es el cambio, la fusión. Y que esté más pulido como lo que hace el grupo”. Por eso decidió quedarse a ver el todo espectáculo.

“No me gusta el flamenco, pero la fusión sí. Ella lo hace muy bien. Las guitarras españolas van bien. Me gusta”, ha añadido su amiga Judit, mientras degusta un mojito.

El show ha mostrado un trío compenetrado. La Camaleón ha mostrado dominio escénico, y-haciendo honor a su nombre artístico- su voz ha transitado desde la calidez del jazz, el soul y el blues hacia la fuerza del flamenco con absoluta naturalidad. El Hechicero ha estado en lo suyo, aportando su técnica en los solos de guitarra que cada tema requería. En tanto, El Brujo -valiéndose de una mano derecha que lleva en la guitarra el ritmo de la rumba, con la deliciosa cadencia que la caracteriza- ha dirigido el combo con precisión y soltura a través de las 12 canciones (la mayoría de su autoría) que Lenacay ha ejecutado.

“Tú siempre bien. Lo has hecho bien. Y ahora tienes que defenderte tu sola, pues no tienes coros”  le ha dicho sonriente un sudoroso Brujo a La Camaleón, mientras bajan del escenario, al finalizar el concierto. Tocar en el formato acústico en un escenario pequeño, alejándose de la maquinaria sonora habitual de la banda suponía un riesgo que Lenacay está decidido a afrontar. Total la música, como la vida, se trata de un aprendizaje continuo.

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