Un libro como regalo

Yema Parra | Andrea F. de Cesco | Cynthia Oviedo | Janice Llamoca

Cada 23 de abril se celebra la diada de Sant Jordi en Catalunya. La tradición en este día es que las mujeres reciban una rosa y que, a cambio, le regalen un libro al hombre que se la ha comprado. A pesar de las diversas caídas en la venta de libros que se han registrado desde 2010, esta celebración ha seguido manteniendo su popularidad en una comunidad en la que el 40% de las personas no son lectores habituales.

Ya en 2014 la venta de libros comenzó a repuntar y en este día se alcanzó la cifra de 1.47 millones de ventas. “Desde el pasado enero hemos remontado poco a poco y creemos que Sant Jordi puede ser un buen empuje para que la tendencia se vaya consolidando”, opina Antoni Daura, Presidente del Gremi de Llibreters de Catalunya. Para este año se espera sobrepasar los 1.5 millones de ventas, un dato positivo, ya que supone un 5% más con respecto al año anterior.

Sin embargo, lejos de ser una apuesta segura, regalar un libro siempre es un riesgo. En un día como Sant Jordi, en el que se tiene claro lo que te van a dar, la elección del libro resulta primordial. Las expectativas son altas y es fácil desilusionar. A escasos días de la celebración de este día, La22 ha recorrido las calles de Barcelona en busca de los recuerdos que más han impactado tanto a los lectores como a los que alguna vez se han decidido a regalar un libro para Sant Jordi.

Antonio Fernández, 50 años. Taxista.

“Uno de los libros más interesantes que he leído es El zoo de Pitus. Me lo regaló un compañero de clase para este día cuando tenía 12 años. Me abrió mucho la imaginación el descubrir que había más cosas que aprender aparte de los libros del colegio”.

Victor Coll Nuñez, 24 años. Estudiante.

“A los 12 años mi padre me regaló para este fiesta toda la colección de Enid Blyton, y me encantó. En cambio hace dos años, por el centenario de la muerte de Albert Camus, le regalé a mi novia el libro de La caída. Le pareció aburrido, pero no tenía más remedio que leerlo. Le tenía que gustar”.

Sara Padilla, 22 años. Estudiante.

“En Sant Jordi  le regalé a mi novio Cartas del diablo a su sobrino del autor C. S. Lewis. Habíamos escuchado buenas referencias sobre él. Mi novio no se esperaba el regalo, así que luego tuvo que ir a comprarme la rosa. La costumbre desde que estamos juntos es que nos prestemos los libros que yo le regalo para que me los pueda leer después”.

Christian Ruiz, 28 años. Cajero en la FNAC.

“Me acuerdo del primer libro que me regalaron por Sant Jordi: fue Tuixi, el toixó que feia teatre, de la colección El Barco de Vapor.  Me lo compró la vecina de arriba cuando cumplí los 6 años y me gustó mucho. Aun así, el mejor libro que he recibido para la ocasión, y que ahora es de mis preferidos, es uno de cine de David Lynch, Atrapa El Pez Dorado”.

Victória Lamarca, 65 años. Jubilada.

“El libro que más he regalado (a lo mejor siete u ocho veces) es El último encuentro de Sandor Marai. Es una pequeña joya de libro, está muy bien escrito. Cómo en todos los libros de Marai, hay un típico triangulo amoroso, pero muy elegante. Hoy mismo he venido a comprar otro, porque me he quedado sin él y lo quiero regalar para celebrar este día”.

Vicente Escandrolio, 77 años, Madrid (a la izquierda) y Francisco Negro, 68 años, Murcia. Jubilados.

Vicente: “Como no soy de aquí, no celebro este evento. Los libros normalmente me los compro yo mismo. El último que me leí  lo descargué de internet y se llama Dos chicas de Shangai de Lisa See. A Francisco le regalaría un libro de cocina para que me invite a merendar”.

Rocio Alanis, 23 años. Actriz.

“Un libro muy bueno que leí por Sant Jordi fue Aleph, de Paulo Coelho.  En esa época estaba muy de moda. Me lo prestó una amiga a la que se lo había regalado su novio, pero fue un préstamo muy largo y nunca volvió a verlo”.

Fernando Gil, 57 años. Profesor de matemáticas.

“Soy profesor de matemáticas y no leo mucha literatura. Además estoy soltero, no tengo una mujer que me regale un libro para esta fecha. Pero uno que me gustó mucho, y que me autoregalé ese día hace muchos años, es El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza, un novelista catalán muy conocido”.

Alberto Romero, 25 años. Camarero.

“A mí padre no le gusta Sant Jordi porque dice que hay demasiada gente por las calles, entonces siempre me regala un libro antes del 23. Este año, tres días antes de la celebración, me ha regalado El eterno, de Joann Sfar: habla de un violinista que tiene mala vida y se reencarna en vampiro. Como me conoce bien, sabe lo que me gusta”.