La Barcelona okupa, un estilo de vida

La Barcelona okupa, un estilo de vida

MARTA VALLCANERA, TXELL PARTAL Y YERMA PARRA

Barcelona es conocida por tener uno de los mejores equipos de fútbol del mundo y por ser la ciudad de Gaudí. Pero también ha sido durante muchos años una de las principales capitales okupas de Europa, hecho desconocido por la mayoría de sus visitantes y por muchos de sus habitantes. Nacieron de la mano de los punkies y los hippies de Inglaterra durante los años 60. El movimiento surgió para manifestarse en contra del capitalismo y del fascismo. Durante los años 80 empezaron las primeras ocupaciones a la capital catalana que, a la vez, fueron las primeras del Estado español. En 1985 se ocupó Cros 10, la que es considerada la primera casa en la que se inició una larga lucha para evitar que los desalojaran durante los siguientes años y, de esta forma sirvió como precedente para las siguientes casas.

“No queremos ser objeto de estudio ni de investigación. Cuando tenemos la necesidad de comunicar, lo hacemos nosotros como colectivo a través de las redes sociales y de nuestros propios portales web. No creemos en el papel de los periodistas. Es por ello que hemos optado por esta vía” explica una de los miembros del Banc Expropiat de Gràcia. Debido a esto, el colectivo okupa solo aparece en los medios de comunicación cuando se produce un desalojo o altercados con la policía y esto provoca la percepción negativa del movimiento.

Los habitantes de estas casas afirman que ocupan para luchar contra el sistema económico, que obliga a dedicar la mayor parte del sueldo a pagar un techo cuando se trata de una necesidad básica. A través de esta práctica consideran que hacen un acto de insumisión al Estado. Marc, miembro del Ateneu Popular de Vallcarca (APV) apunta: “la ocupación se entiende como algo comunitario. Todas las decisiones las tomamos de forma colectiva, debatiendo y autogestionándonos”. Actualmente, ha crecido el número de locales ocupados que se convierten en Centros Sociales o Ateneos. En éstos se programan diferentes tipos de actividades y talleres, desde clases de idiomas, donaciones de ropa, cine-fórum, conciertos, actividades familiares hasta huertos urbanos.

En Can Masdeu, los inquilinos, en 2001, se iniciaron en la horticultura reivindicando la defensa agroecológica de Collserola y una gestión pública del Valle. “A partir de 2002 estos se abrieron a los vecinos que querían iniciarse a la agricultura ecológica y cultivar sus propias cosechas. La única condición que ponen los okupas es que una parte de lo cosecha se entregue a los inquilinos de la casa” explica David Fonte, vecino de Nou Barris y usuario del huerto comunitario. Cada jueves, la gente del barrio que va para cultivar los huertos después se junta para comer en la casa, así ayudan a crear una comunidad fuerte entre ellos.

El 26 de mayo de 2014 se desalojó Can Vies, uno de los centros de ocupación más conocidos de la ciudad  y propiedad de Transports Metropolitants de Barcelona (TMB). Después de 17 años de lucha empezó la desocupación para derribar el edificio, convertido hasta ese momento en Centro Social. Esto se produjo en medio de graves altercados y de intensas protestas. La quema de contenedores y los enfrentamientos con la policía se convirtieron en los protagonistas de esa semana fatídica en Sants. Can Vies estaba muy integrado en el barrio, es por ello que muchos vecinos se unieron para evitar su desalojo. Después de numerosos encuentros entre el Ajuntament de Barcelona, los okupas y los vecinos no consiguieron llegar a ningún acuerdo para que sus integrantes continuaran con sus actividades en el interior.

Actualmente, los pocos centros de ocupación que quedan en la ciudad han llegado a acuerdos, o se encuentran en proceso para conseguirlo, con los propietarios de los edificios; ya sean particulares o instituciones públicas. La mayoría de estos acuerdos nunca se hacen públicos, pero dentro del colectivo hay conocimiento de ellos.

La Kasa de la Muntanya, (La Audiencia Nacional registra la Kasa de la Muntanya) después de que la Audiencia Nacional pidiera el día 16 de diciembre su registro dentro de la operación “Caso Pandora”, se ha convertido en el edificio ocupado más antiguo de la ciudad.  En 1989 los okupas entraron ilegalmente en la casa, pero no fue hasta el 1997 cuando se publicó un reportaje periodístico sobre esta. A partir de este momento, tanto Hacienda como la familia Güell se disputaron la vivienda. En 2001 se produjo el desalojo del edificio, uno de los más violentos de los últimos años. Al cabo de pocos días la Kasa de la Muntanya se volvió a ocupar. Desde entonces no se ha vuelto a pedir de forma judicial su desalojo, ya que la Familia Güell continúa con disputas internas respecto a la propiedad del edificio. Aunque hubo orden de registro, el Ajuntament se apresuró a asegurar que no iba a haber ningún desalojo. El Ajuntament de Barcelona a día de hoy respeta la ocupación sin poner obstáculos; así cumplieron los 25 años en activo el pasado noviembre y tienen un papel fundamental dentro del barrio.

En los últimos años, el número de casas ocupadas ha disminuido debido al gran número de desalojos que se han producido. Can Vies, la Carbonera y Centro Barrilonia (casa de los pueblos rebeldes) han sido de las últimas grandes casas cerradas. Pero a la vez ha surgido una nueva forma de ocupación creciente, los que lo hacen por necesidad y no por ideales políticos. Ejemplo de ello son las casas ocupadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH)

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