
Cuando él se convierte en ella
Nació hace 87 años en Andalucía y hace más de 30 encontró su pasión en Barcelona: el espectáculo. Es hombre, pero solo durante el día. Al caer la noche, se pone las pestañas, se abrocha el sujetador y se ajusta el vestido. Con los labios carmesí, Gilda, como le gusta que la llamen, calza los tacones para hacer sonar sus pasos. Desde el escenario de un mítico bar de El Raval, se transforma en la Drag Queen de la noche. Décadas atrás, su sensualidad arrebató los suspiros de más de uno. Hoy, dice conformarse con los aplausos del público. Entre risas, música y alcohol, el show debe continuar…
Por Camila Aristizábal

Desodorante masculino, perfume con olor a rosas. Medias que le servirán como base para ponerse su peluca.

El proceso de maquillaje, que empieza en casa y termina en el camerino del bar, dura cerca de una hora y media.

Lleva tatuadas las cejas color terracota. Se perfila los ojos y dibuja un lunar bajo sus labios cubiertos con brillantina.
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