La Dreta de l’Eixample concentra el 12% de los accidentes de Barcelona

Hay un agujero negro de siniestros en Barcelona. Y está en la Dreta de l’Eixample. Este barrio central de la capital catalana fue el escenario de 1.149 accidentes de tráfico en 2018. En otras palabras, aglomeró el 11,6% de los accidentes acontecidos en toda la ciudad condal, según el análisis de La 22 a partir de datos publicados por la Guardia Urbana.

Esto significa que en un solo barrio de la ciudad, de dimensiones relativamente pequeñas, se sufren el mismo número de siniestros que en los 29 barrios menos accidentados combinados.

Si añadimos el resto de barrios del distrito, el Eixample barcelonés focaliza el 29,7% de los accidentes.

Una posible explicación a este hecho podría ser la ubicación céntrica. Pero la menor siniestralidad de los núcleos urbanos de Ciutat Vella parece desmentir esta hipótesis.

Otra posible causa sería la estructura vial del Eixample, que es el distrito más fiel al Pla Cerdà. Una ordenación urbanística que da lugar a la característica cuadrícula que forman las calles de Barcelona en esa zona.

Unas vías que, por su largo, anchura y regularidad (se alargan durante kilómetros sin alterar su recorrido rectilíneo) acaban concentrando mucho más tráfico. Sobre todo si las comparamos con la estructura irregular y estrechez de las calles del centro histórico o del extrarradio.

En cambio, los distritos más seguros respecto al tráfico son Gràcia y Nou Barris. Ambos cuentan con algunos de los barrios más montañosos y alejados del frenesí de los cláxons, como Vallcarca, el Coll o Torre Baró.

A nivel de barrios, el más tranquilo es Vallbona. Con solo seis accidentes registrados a lo largo de todo el año 2018 (uno cada dos meses de media), es el lugar de todo el municipio donde los barceloneses corren menos riesgo de verse inmersos en un accidente de tráfico. 

Situado en Nou Barris, Vallbona forma parte de la periferia rururbana de Barcelona. El barrio está encajado entre el río Besòs y las autopistas y vías de cercanías de Renfe que le separan del barrio vecino de Ciutat Meridiana.

Este barrio fronterizo, construido a las puertas de las ciudades metropolitanas de Montcada y Santa Coloma, ve pasar cada día miles de coches por las carreteras elevadas que circulan por sus perímetros. Sin embargo, alberga la paradoja de presenciar menos accidentes que ningún otro punto de la ciudad.

Por lo general, el mapa mostrado anteriormente apunta a una siniestralidad desmesurada en el núcleo geográfico de la circulación rodada en Barcelona, que se va disolviendo a medida que nos alejamos hasta llegar a una densidad de accidentes perceptiblemente menor en los extremos de la ciudad.

La Marina del Prat Vermell y la Zona Franca son una excepción notable. A pesar de ser un barrio con poco más de un millar de habitantes (de los más reducidos de la ciudad a nivel de población), hay que tener en cuenta que entre sus fronteras se encuentran la ronda del Litoral, numerosas autopistas, polígonos industriales e incluso el Puerto de Barcelona.

En 2018, hubo un total de 9.936 accidentes de tráfico registrados por la Guardia Urbana en la ciudad de Barcelona. Entre todos ellos, causaron 21 muertes, lo cual supone una reducción del 46% en la mortalidad con respecto a 2010.

En este tiempo, las administraciones han lanzado planes para reducir la mortalidad en las carreteras.

El Ayuntamiento de Barcelona esgrimió el pasado año una batería de 95 medidas, centradas en los controles de drogas, la asistencia a las víctimas, la tecnología y la educación viaria. Con ellas, el gobierno municipal espera que las muertes en accidentes bajen un 20% en el municipio.

La Generalitat también impulsó en 2014 un Plan Estratégico de Seguridad Viaria cuyas medidas se centraron en la educación, la tecnología y la innovación. Su objetivo: dejar en la mitad los accidentes en las carreteras de todo el territorio catalán.

Ambos planes tienen como fecha límite 2020. Así que a partir de este año, podrán revisarse estas medidas y su efectividad.