Perfil: Carme Forcadell, presidenta de la ANC.
La mujer del consenso
Txell Partal
Carme Forcadell es una catalana de 58 años aunque parece mucho más joven. Funcionaria del Departament d’Educació de la Generalitat,está casada y es madre de dos hijos. Es decir, una mujer corriente que de pronto se ha convertido en el rostro del independentismo en Catalunya. Es la cara visible y líder de la sociedad civil catalana que quiere la independencia de su país. Seguramente gracias a que la gente la ve como una más de ellos y los líderes políticos no la ven como una rival.
Para muchos, la que ahora es presidenta de la ANC (Assemblea Nacional Catalana) era una desconocida antes de liderar este proyecto político. Pero Forcadell lleva muchos años trabajando desde el asociacionismo. Es fundadora de la Associació per la llengua, miembro de la Plataforma per la llengua y formó parte de la junta de Sabadell de Ómnium Cultural, la Comissió de la Dignitat y de la Plataforma pel Dret a Decidir. También fue militante de ERC y concejala en Sabadell entre el 2003 y el 2007. Ella ya trabajaba por la independencia cuando aún la mayoría de la gente no pensaba en ello. Por eso no es de extrañar que cuando empezó la Assemblea Nacional Catalana ya fuera una de las 33 personas que formaban parte de ese embrión.
En un primer momento nadie pensaba en su nombre como líder del proyecto. Pero fue el tiempo y su capacidad de consenso los que la pusieron en la cima. Cuando empezaron las primeras disputas fue Carme quien puso paz y armonía. Por eso terminó siendo la presidenta de la Assemblea. Ha sido capaz de hacer algo imposible hasta este momento: aglutinar el independentismo de toda la vida sin las fracciones internas y además incluir a los nuevos independentistas. Ha llegado a crear complicidades tan grandes que a los integrantes más jóvenes del secretariado de la ANC, entre los que se encuentran Ferran Civit o Ignasi Termes, se les conoce como “carmelitas”. Son su círculo de confianza. Aquellos que no se sabe si es Carme quien los influencia o es al revés.
Forcadell siempre habla sin papeles en las manos. Se ha convertido en una experta en hacer discursos. Auditorios llenos con aplausos, risas e ilusión siempre están asegurados. Quizás esta habilidad le viene de sus estudios de Filología Catalana y Ciencias de la Comunicación. Carme se recorre el país. Lleva casi cuatro años trabajando por las mañanas en la Generalitat y todas las horas restantes de la semana las dedica a la ANC. Son kilómetros y kilómetros sin dietas ni tarjetas visa. Es norma en la Assemblea que los dirigentes no tengan ningún tipo de retribución. En los últimos meses ha tenido que pedir la excedencia porque era imposible compaginar su trabajo con su papel político tan significado. Forcadell ahora mismo se dedica exclusivamente a hacer campaña para que el próximo 9 de noviembre gane el Sí-Sí en las urnas.
Este es el último año de Carme en el cargo; no puede repetir legislatura. Ella tiene claro que continuará trabajando en la Assemblea, desde la base, en su territorial en Sabadell. Estará vinculada a este proyecto hasta que se disuelva cuando se consiga la independencia de Catalunya. Y tiene claro que eso ocurrirá dentro de poco. Y entonces la ANC ya habrá cumplido con su función y se disolverá. Lo que se pregunta todo el mundo es: ¿Qué pasará entonces con Carme Forcadell? Son muchos los que especulan con que dará un paso hacia la política institucional. Ella se deja querer y no dice ni sí ni no.
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