Perfil: Joan Herrera, líder de ICV.
El bueno de la clase
ANA GONZÁLEZ LISTE
Él, que se define como un hombre de izquierdas, ha crecido políticamente junto a Iniciativa Per Catalunya desde su etapa en las juventudes del partido. Joan Herrera, licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona, especialista en asuntos urbanísticos y medioambientales, llevó su compromiso con la ecología a debate en su partido, participando en la unión de los Verdes con Iniciativa, que responde ahora a las siglas ICV. Su condición de ecologista ha provocado que sea conocido por utilizar la bicicleta para moverse por Barcelona.
Herrera ha sido cabeza de lista de la coalición ICV-EUiA en las elecciones de 2010 y en las últimas de 2012. Se mantiene como una tercera pieza del puzzle conformado también por Artur Mas (CiU) y Oriol Junqueras (ERC) en el proceso independentista. Posicionarse a este respecto le ha dado trabajo: su indecisión individual se vio como un lastre para su grupo en el que conviven independentistas y federalistas, al menos. Finalmente hizo público que votaría Sí a que Catalunya es un Estado, sin embargo, respecto a la separación elegiría el No. Sea como fuere, esta decisión le ha costado demasiadas explicaciones, siendo un férreo defensor del derecho a decidir.
Su etapa en Madrid, como portavoz de ICV en el Congreso de los Diputados, entre 2004 y 2010, le hizo crecer como político sin permitir que las dinámicas parlamentarias mermasen su discurso elegante, siempre elaborado y mirando hacia Catalunya. En el contexto de desafección política parece que Herrera ha logrado mantener intacta su credibilidad –imprescindible cualidad en política– frente al discurso del “y tú más” que prevalece en los grupos populares y socialistas a nivel estatal.
Respecto a la Consulta, Herrera afirma en su segundo libro, Quanta desigualtat pot suportar la democràcia?, que “no ganaremos el derecho a decidir la relación con España, estaremos ganando un derecho democrático colectivo”. En este ensayo sobre la situación de crisis económica en clave catalana, vaticina unas elecciones plebiscitarias consecuencia del deseo de perpetuarse en el poder por parte de Mas y asume que para realizar una consulta habrá que llevar al límite la legalidad, tanto la catalana como la estatal. Posición que mantiene actualmente, siendo su mayor crítica que se esté debatiendo la forma pero no el fondo en la cuestión independentista.
Coordinador de un partido que presume de pluralidad y democracia internas, mantiene una relación sana con los medios de comunicación y no rehuye la pregunta que no le interesa. Tal vez ese aspecto de bueno de la clase, de honesto, le juegue malas pasadas en el cara a cara con sus adversarios. Pese a su experiencia todavía se le nota incómodo al hablar ante un gran auditorio y en entrevistas televisadas. Sin embargo, su cercanía en las distancias cortas le mantienen como líder valorado en su partido, aunque algunos militantes ya vaticinan que pueda rechazar continuar al frente de ICV en las próximas elecciones, previsiblemente anticipadas. Todo depende de lo que ocurra el 9 de noviembre, el día que marcará una nueva etapa en las relaciones entre Catalunya y el resto del Estado.