
Perfil: Alicia Sánchez-Camacho, líder del PP catalán
¿Diálogo? Los deberes por hacer
MARCOS GARCÍA
Todo conflicto puede arreglarse presumiblemente mediante el diálogo. Puede que el conflicto entre Cataluña y España no sea la excepción que confirme la regla.
Alicia Sánchez-Camacho, actual líder del Partido Popular catalán, lleva consigo la ardua misión de conseguir ese ansiado diálogo entre ambos bandos, cada vez más lejos de un entendimiento. Catalana de nacimiento y española de corazón, esta hija de padres inmigrantes en Barcelona ha ocupado puestos de gran importancia dentro de las Cortes Generales de España y el Parlament de Cataluña.
Con el 9-N como punto de mira, el tiempo parece ir agotándose y las posibilidades de un posible diálogo se desvanecen.
Pero, ¿en qué se basan esas posibilidades?, ¿qué postura adopta Alicia Sánchez-Camacho para lograr dicho acercamiento? Son muchos los medios que acusan a la líder del PPC de aferrarse a todos los escudos jurídicos posibles para desarmar la política de Artur Mas y CiU en pro de la independencia, en vez de actuar con astucia y comprensión.
Ella misma afirma que “el 9-N es una perversión y una manipulación de la democracia”, ya que considera que debido a esta causa completamente irrelevante, la presidencia de Cataluña ha olvidado cuáles eran las labores que tenía que cumplir en lo económico o lo social.
¿Dónde queda sin embargo el sentimiento?, ¿dónde queda la voluntad de una comunidad que se resiste a ver como su tierra se desprende del territorio español?, ¿dónde queda, al fin y al cabo, el responder a todas las voces que no paran de gritar por la independencia de Cataluña?
Claramente enclaustrada en su puesto, Alicia Sánchez-Camacho repite una y otra vez una serie de artículos, contratos y premisas que son contundentes en materia de ley, pero que se quedan cojos en el plano más cercano al pueblo: el sentimental.
Por sorprendente que pueda parecer, este es el camino que la líder del PPC pretende utilizar para lograr ese esperado diálogo entre Mariano Rajoy y Artur Mas, un diálogo que precisamente cada vez va perdiendo fuelle y expectación a la vista de los acontecimientos y del pinchazo que parece haber dado la ya famosa consulta catalana antes de producirse.
Vista por muchos como una extraña en su propia tierra, Alicia Sánchez-Camacho parece luchar por un entendimiento, por acabar con la hispanofobia dentro de Cataluña, apostando en definitiva por la unión, la cual hará la fuerza. Parece luchar por todo eso y, sin embargo, no hacer nada al mismo tiempo que no vaya más allá de repetir un discurso legal ya pronunciado demasiadas veces, o de derivar a la presidencia catalana a una series de autoridades que pronunciarán el mismo discurso.
Esta hija de un comandante de la Guardia Civil parece ver desde demasiado lejos un problema que pide soluciones o, al menos, diálogos de verdad y no aquellos basados en una serie de largos discursos repetidos por ambas partes.
Sin Miedo
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Marcos García Díez


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