
Evolución del Nacionalismo catalán
Catalanismo: Del siglo XX a nuestros días
MARIA SORIA COLOMINA

14 de abril de 1931, Francesc Macià proclama la República Federada Catalana. Fotografía.
Durante todo el siglo XIX, el principal objetivo del catalanismo no fue la formación de un estado: todos los esfuerzos políticos estuvieron volcados hacia el autogobierno, a conseguir la autonomía política. Pero esta situación cambió significativamente al final de la última década del siglo, a medida que se acrecentaba la crisis del sistema de la Restauración. El hecho de perder las últimas colonias importantes para el viejo imperio (Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam), en una guerra que podría considerarse como humillante, puso de manifiesto la incapacidad del Estado para sobrellevar los conflictos a nivel internacional. Esta situación produjo una violenta concienciación española, que se tradujo en la mutación de los regionalismos catalán y gallego en nacionalismos, y en su posterior desarrollo junto al vasco. De esta forma, comienza la existencia conflictiva, dentro del Estado español, de cuatro nacionalismos (español, vasco, catalán y gallego), bien delimitados y definidos, con sus discursos correspondientes.
En el caso catalán, la fase regionalista del catalanismo preparó el camino al potenciar la lengua, la literatura y la historia catalanas, pero también al consolidar un programa de autogobierno. Pero el factor decisivo para la conversión hacia el nacionalismo en un lapso de tiempo tan corto fue el auge de la burguesía, que tras el Desastre del 98, buscó defender sus intereses y aspiraciones mediante un nuevo referente, la nación catalana. Con su apoyo configuró un sistema de partidos catalán muy distinto al del resto de España, con la Lliga Regionalista a la cabeza. Sin embargo, el comienzo de la Dictadura de Primo de Rivera en septiembre de 1923 acaba con esta contestación al centralismo del Estado. El ejército retomó el protagonismo y se llevó a cabo inmediatamente una política de persecución del catalanismo. Con ello, durante este periodo, los nacionalismos, independientemente de su ideología, tendieron a alinearse con fuerzas obreras, por lo que empieza a visualizarse como un problema de mayor envergadura a ojos del Gobierno central. Así pues, los efectos de esta Dictadura sobre el nacionalismo catalán hicieron que adoptara una posición a la defensiva, que repite incluso a mayor escala a partir de 1975.
Durante la II República, es notoria la resurrección de los movimientos que Primo de Rivera había querido extirpar. Mientras Francesc Cambó y la Lliga apuestan por la continuidad de la monarquía y crean a tal efecto su Centro Constitucional, el catalanismo de izquierdas participa en el Pacto de San Sebastián, y en 1931 se agrupa en Esquerra Republicana de Cataluña, formada por la unión del Partit Republicà Català, Estat Català y otros grupos menores. La hegemonía de Esquerra Republicana durante la II República llevó a la efímera proclamación de la República Catalana, con el consiguiente Estatuto de Autonomía de 1932. Con el golpe militar y la llegada del Régimen franquista en 1939, Catalunya vivió una época de represión de su lengua y cultura sin precedentes, lo que explicará en buena medida la reacción de la sociedad en las siguientes décadas.
La muerte de Franco en 1975 dio comienzo a la Transición. En 1977 se restituyó la Generalitat de Catalunya con Josep Tarradellas a la cabeza. Con la redacción de la Constitución Española del 78, Catalunya se convirtió en una de las 17 autonomías de España. Dos años después, las elecciones en Catalunya proclaman ganadores a Convergència i Unió, liderada por Jordi Pujol, que se mantuvo en el poder hasta el año 2003.
DE LAS CALLES A LAS URNAS

19 de octubre de 2014, Acto central de la campaña Ara es l’hora en Plaça Catalunya (Barcelona). Fotografía.
Así pues, a comienzos del siglo XXI, Jordi Pujol relega el poder en manos de Artur Mas, quien asumió el cargo de Conseller en Cap de la Generalitat y se presentó por CiU a las elecciones de 2003. Pese a ser la fuerza que obtuvo más diputados, la nueva Generalitat pasó a estar formada por el tripartito PSC, ERC, ICV-EUiA con Pasqual Maragall a la cabeza. Este pacto de gobierno, el primero de izquierdas desde hacia más de 20 años, fue promovido por ERC, que gracias al considerable aumento en sus votos se erigió como una de las principales fuerzas políticas de Catalunya, recuperando poco a poco la posición que tenía antes del franquismo.
El 30 de septiembre de 2005, y tras dos años de negociaciones, el Parlament de Catalunya aprueba un proyecto de estatuto de autonomía con amplia mayoría, que entró en vigor tras ser refrendado mediante consulta popular. El Partido Popular lo recurrió ante el Tribunal Constitucional y, tras cuatro años de espera, el Tribunal emitió sentencia el 28 de junio de 2010 declarando 14 artículos inconstitucionales. Se desató el rechazo en todos los partidos catalanes con representación parlamentaria a excepción de Ciutadans y el Partido Popular. A consecuencia de la sentencia, asociaciones sociales como Òmnium Cultural convocaron una manifestación el 10 de julio del 2010, donde quedó patente el auge del independentismo catalán. Este día marcó un antes y un después en la lucha por la independencia para Catalunya, ya que el independentismo latente desde hacía tiempo en la sociedad catalana comenzó a manifestarse más abiertamente.
A partir de entonces, el Onze de Setembre, también conocido como la Diada, jornada en la que se conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicasen 1714, durante la Guerra de Sucesión, se convirtió en día histórico para Cataluña. En 2012 se concentró un millón y medio de personas en el centro de Barcelona, al grito de “Catalunya, nou Estat d’Europa”. En 2013, la Assemblea Nacional Catalana organizó una cadena humana de 400 km que atravesaba Catalunya de norte a sur, y en 2014 se concentró a los manifestantes formando una V desde la Plaza de Les Glòries a lo largo de la Gran Via de Les Corts Catalanes y la Avenida Diagonal. El lema era “9N votarem, guanyarem” y “Ara es l’hora”. Ha llegado la hora, solo falta ver cómo quedan los resultados.