Análisis: El proceso soberanista en Catalunya.
Carta a un canadiense
SHYLEAN JARRAHA
Querida gente de Canadá:
Catalunya está pasando por un momento clave en su historia: su posible independización del resto de España. Desde el punto de vista canadiense, entendemos que quieran separarse porque hablan otro idioma y tienen una cultura distinta, pero esto solo es un fragmento del movimiento separatista: la economía es el motor en marcha de su independización.
Los recortes que han surgido desde el Gobierno central de España, cuando la crisis llegó en 2008, han afectado a Catalunya también. Se puede pensar que comparten los mismos motivos económicos con el Gobierno federal de España. No parece ser así, porque desde este momento se inició un fuerte movimiento independentista debido a su diferencia económica, desde el punto de vista catalán. Según La Vanguardia, los presupuestos del Estado para el 2015 son los peores para Catalunya en relación a la inversión en conjunto del Estado donde recibe 9.5% del total, que es muy poco para lo que da. Y en general la gente cree que puede crecer económicamente siendo un Estado libre e independiente porque sus gastos van a ser repartidos mejor en su propio Estado que en un Estado federal.
Por otro lado, el tema de la economía es una razón por la cual Quebec no sería rentable como país independiente. Según The Globe and Mail, “La deuda neta financiara de Quebec en 2013 fue de $175 mil millones, equivalente al 49 por ciento del producto interior bruto de la provincia (PIB). Antes de separarse , Quebec tendría que negociar con Canadá asumir su parte de la deuda federal. Es una suposición segura que con el 23 por ciento de la población de Canadá, Quebec acabaría suponiendo una cantidad similar de deuda federal: $154 mil millones. Esto aumentaría su proporción deuda/PIB al 92 por ciento. En ese momento, Quebec estaría más endeudada que Francia, España y Estados Unidos, y justo por debajo del nivel de Italia”. En Quebec, como en Catalunya, hay demasiados políticos que pretenden que la independencia sería sin costo. Artur Mas, el presidente actual de la Generalitat de Catalunya, ¿está pensando en el coste de la independización?
Como Quebec, Catalunya tiene un gran sentimiento de nacionalismo, debido a su idioma, cultura, e historia distintos al resto de España. El hecho de que durante el régimen de Franco, el uso de la lengua catalana estuvo prohibido ha creado un sentimiento de unidad entre la gente y con el deseo de conservar su idioma hoy en día. La percepción de los catalanes es que los españoles no respetan su idioma y su cultura. Pero, hace un mes que El Pais ha lanzado la edición catalana del periódico on-line. Un artículo de opinión escrito por Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno, en El País hablando de la nueva edición en catalán, dice que “es una buena noticia por encarnar del modo más práctico las energías positivas de nuestra España plural”. Esto puede significar que hay un respeto por el idioma catalán, cuando el periódico más grande e influente incluye esta lengua. Parece que esto no está cambiando la opinión de la gente, en el sentido que quiere el respeto del resto de España por tener una cultura distinta. Igual que en la historia de Quebec, los británicos han conquistado la “Nueva Francia” en 1793 y han renunciado a ellos a cambio de Haití, hay gente que se siente que son descendientes de un pueblo conquistado y merecen la soberanía nacional. Esa marginalización ha creado una unión fuerte tanto la gente de Quebec como en Catalunya.
Los sentimientos nacionalistas de la gente se producen y cada persona tiene una opinión diferente sobre por qué quiere la independencia de su país. Sabemos que en Canadá, las razones principales de la soberanía son políticas y debido a una diferencia en valores ideológicos. Quebec afirma que están amenazados por la mayoría anglosajona en el país y quieren preservar su idioma y cultura a través de una creación de una entidad política independiente. El segundo referéndum que llevo a cabo el “Parti Quebecois” empezó por el fracaso del “Meech Lake Accord” en 1987 que era un acuerdo entre el gobierno federal y provinciales para enmendar la Constitución mediante el fortalecimiento de los poderes provinciales y declarar Quebec una “sociedad distinta”. Luego siguió el fracaso del “Charlottetown Accord” en 1992 que tenía el mismo propósito del “Meech Lake Accord”. La gente reaccionó contra el hecho de que la Constitución canadiense no declarase a Quebec distinta, y el margen fue ajustado en la votación del referéndum en 1995.
Ahora es el turno de Catalunya de decidir sobre su futuro. Se va a hacer un referéndum en Catalunya el 9 de noviembre, 2014, conocido aquí como 9N. Sin embargo hace dos semanas que el Gobierno de España ha suspendido el referéndum, pero Artur Mas va a seguir luchando y va a eludir restricciones impuestas por los tribunales españoles. Catalunya impulsará con el voto planeado sobre la independencia en noviembre, pero de una forma modificada: sin censo electoral oficial, siendo un medio alternativo para los catalanes de expresar su opinión, y crear una participación ciudadana.
El 9N tendremos una respuesta del pueblo catalán, y aprenderemos más sobre la unión de una región y como la historia, la cultura, y la economía impactan en el movimiento separatista.
Sinceramente,
Su corresponsal en Barcelona.
[…] Artículo en La22 Magazine […]